Queridos Panda-piratas,
el miércoles os contamos cómo Max tiró la jaula y el Papagayo de Pandabeard escapó del bar pirata.
¡Así es, y por culpa de eso Pandabeard nos amenazó con no volver a dejarnos entrar en su bar!
No queríamos corres ningún riesgo, así que decidimos ponernos manos a la obra y buscar el papagayo. Al principio ni siquiera sabíamos dónde empezar a buscar: ¡nosotros no podemos volar!. Pero después se le ocurrió a Max que podíamos mirar a través del telescopio en la cima del volcán. Así que subimos al volcán.
¡Miramos a través del telescopio y encontramos al papagayo muy rápido! Sus plumas emitían un resplandor azul tan brillante que fue muy fácil verlo. Estaba posado en una rama del bosque encantado.
el miércoles os contamos cómo Max tiró la jaula y el Papagayo de Pandabeard escapó del bar pirata.
¡Así es, y por culpa de eso Pandabeard nos amenazó con no volver a dejarnos entrar en su bar!
No queríamos corres ningún riesgo, así que decidimos ponernos manos a la obra y buscar el papagayo. Al principio ni siquiera sabíamos dónde empezar a buscar: ¡nosotros no podemos volar!. Pero después se le ocurrió a Max que podíamos mirar a través del telescopio en la cima del volcán. Así que subimos al volcán.
¡Miramos a través del telescopio y encontramos al papagayo muy rápido! Sus plumas emitían un resplandor azul tan brillante que fue muy fácil verlo. Estaba posado en una rama del bosque encantado.

¿Y si se lo zampó la araña gigante?
¿Y si se lo comió la serpiente?
Ella empezó a llorar.
Pues claro: me daba mucha pena el pájaro tan lindo.
A mi me daba pena no poder volver a entrar en el bar pirata. Estaba muy triste
De repente oímos un graznido: “¡Ellll lllaaa, Maaax!“. ¿De dónde venía lel graznido? ¿Era quizá la voz del papagayo de Pandabeard? ¡Lo sabréis mañana!
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